Conoce las 5 razones para tocar el violin en clases grupales. Una experiencia que refuerza los conocimientos adquiridos, potencia la motivación y te conecta con la música.
Es muy común que los estudiantes de violin, luego de algún tiempo de práctica en sus casas, sientan un poco de desmotivación al practicar el violín. Lejos de ser un mal síntoma, es un indicador de que su proceso de aprendizaje está solicitando dar un paso más; tocar con otras personas.
Siempre comento a mis alumnos que un aprendizaje musical integral requiere de tres aspectos fundamentales y complementarios: un profesor de violin, práctica y tocar en grupo.
La mayor parte de nosotros -incluyendome- comenamos cobriendo los dos primeros aspectos: tener un profe de violin y practicar. Esto es excelente para los primeros años de práctica, luego llega un momento en que tocar el violin en grupo se vuelve una necesidad ineludible. ¿Por qué?
Entre otras cosas, porque la música es un lenguaje, y los músicos necesitamos comunicarnos musicalmente. No importa si somos amateurs o profesionales, todos los que tocamos el violín tenemos la capacidad de sentir a través de la música, de compartir y de expresarnos.
Aquí verás las 5 razones principales para tocar el violin en clases grupales o conjuntos musicales:
- Comparación positiva: Tocar el violin en formato de clases grupales nos pone en contacto con las realidades de otros aficionados al violin. Nos permite hacer autoevaluciones constructivas y apoyarnos entre colegas. Además de las clases grupales de violin existen los ensambles de violin, las orquestas y otros conjuntos musicales. ¡Puedes escoger el que más te guste!
- Multiplica el entusiasmo: Un contexto en el que todos comparten la pasión por la música y los instrumentos de cuerda es muy inspirador. Además, cuando se es parte de un conjunto, se tienen objetivos compartidos con colegas y nuestra participación aporta valor al grupo.
- Aprende música en un contexto más relajado: En un taller de ensamble o en una orquesta amteur podrás compartir música de forma relajada y rodeado de personas con visiones similares sobre la música.
- Refuerza los conocimientos adquiridos. Hacer música con otras personas requiere de habilidades como el ritmo, la disociación auditiva y el entrenamiento de la concentración. Aprender a ensamblar una canción hace que estas habilidades se pongan en marcha a toda potencia y mejores rápidamente en tu instrumento.
- La música como lenguaje. La música es una forma de comunicar aquello que no puede ponerse en palabras. La experiencia de hacer música en grupo es una experiencia comunicacional única, sentirse parte de una marea musical en la que todos aportan con su sonido y sentimientos es realmente mágica.
Hay muchas otras razones por las cuales tocar el violín en clases grupales es algo fascinante e indispensable en la formación musical. Si no has tenido la oportunidad de experimentar tocar el violin en grupo, te recomiendo que lo hagas.
Con una buena dirección será una experiencia inolvidable, relajante y motivadora. ¡Te lo aseguro!